Este verano 2024 se ha publicado la versión en castellano del libro “Motivar Personas” de…
Conversaciones para avanzar, para evolucionar, para sobrevivir, según Margaret Heffernan
del 85% de los profesionales no se atreven en algún momento a compartir sus ideas y opiniones con sus compañeros de trabajo. Margaret Heffernan nos ayuda a ser más conscientes acerca de la importancia y a la vez la dificultad de discutir, de debatir, de intercambiar impresiones con otros, y nos ayuda a encontrar formas para recorrer ese camino. Es tan importante que a menudo nos estamos jugando nuestra supervivencia real, nuestra calidad de vida, la sostenibilidad de nuestros equipos, o el futuro de nuestras empresas. (Duración vídeo 12m 56s, transcripción y traducción incluida)
Los buenos líderes, los buenos equipos son cada vez más conversacionales, cada vez más discutidores en el mejor sentido de la palabra.
Por algún motivo a veces tendemos a discutir para convencer al otro (con-vencer), para ganar seguridad en nuestros criterios y opiniones, y en nuestros valores, sin querer moverlos o retarlos ni un ápice. Esto nos lleva a discutir menos veces de las que debiéramos, a exponer nuestras opiniones sólo cuando estamos seguros de la solidez de nuestro pensamiento o de ser más fuertes que el «contrario».
Sin embargo, todos somos conscientes de que no podemos estar en lo correcto siempre y en todo, y de que la única forma de evolucionar consiste en asomarnos a otras ideas, a otras opiniones, a otros criterios. Necesitamos entenderlas en profundidad para poder compararlas con las nuestras, y después poder elegir mantener las nuestras originales, modularlas levemente, o incluso cambiarlas del todo.
El proceso es difícil. Podemos argumentar que evolutivamente estamos preparados para sentirnos suficientemente seguros de nuestros criterios, pero también lo tenemos que estar para guardar ciertos niveles sanos de duda en nosotros mismos que nos permitan hacer el ejercicio de modular o cambiar nuestras opiniones.
Margaret nos deja en el vídeo (ver transcripción haciendo click aquí) algunos ejemplos y anecdotas espectaculares, además de algunas citas inspiradoras, que nos pueden ayudar a reflexionar sobre el tema:
– “Para poder enfocar conflictos de forma constructiva necesitamos superar nuestra tendencia neurobiológica natural a preferir estar y conversar con personas parecidas a nosotros, o con opiniones similares a las nuestras”. Podríamos decir que el gregarismo y la resistencia a abrirse a personas diferentes tiene un componente de miedo a ser influenciado en exceso, a que se tambaleen nuestros valores y convicciones.
– “Un modelo fantástico de colaboración: compañeros de pensamiento que no son cajas de resonancia”. La idea de acercarse y pasar tiempo con personas que pueden tener opiniones diferentes a las nuestras, en lugar de buscar la comodidad de los que siempre resuenan parecido a nosotros. La recomendación es estar, conversar, con personas diferentes a nosotros en sus ideas, en sus valores, en sus estilos, en sus orígenes, carreras y objetivos… como forma de exponerse a la novedad, a lo diferente.
– “Para no temer el conflicto con otros, podemos verlo como una forma de pensamiento, de reflexión”. Si asociamos conocer y reconocer las razones y criterios ajenos a “perder una discusión”, eso es algo que nos puede apetecer más bien poco o nada. Si por el contrario asociamos conocer y reconocer las razones y criterios ajenos a aprender, evolucionar, avanzar, el ejercicio puede ser algo más apetecible.
Necesitamos sustituir el paradigma competitivo (“tengo razón”, «no tienes razón», «quién tiene razón», «quién ha ganado la discusión», …), por pensamientos y lenguajes más cooperativos y colaborativos: “entiendo tus razones”, “yo tengo otro orden de prioridades”, «en mi opinión», «sumando a lo que dices», …
El paradigma y enfoque competitivo en un conflicto, en una discusión, nos da como resultado una discusión mal encaminada, una exageración dicotómica de las posiciones (“o estás conmigo o estás contra mí”), y en el límite enemigos, distancias insalvables, enquistamiento del conflicto.
El paradigma colaborativo en un conflicto, en una discusión, nos da como resultado una comprensión mayor del tema, más ancha y más profunda, una comprensión mayor sobre las opiniones de diferentes personas y colectivos, y en el límite aliados de pensamiento, puentes entre posiciones encontradas, posibilidades de acuerdo.
Te proponemos tres claves para poder conducir mejor nuestras discusiones:
1. Trabajar nuestra capacidad de escucha al otro y de empatizar con su realidad. Comprender no implica ceder.
2. Trabajar nuestra capacidad de ser asertivos, de expresar nuestras ideas y opiniones con absoluto respeto al otro, y absoluta claridad. Expresarse no implica enrocarse.
3. Trabajar nuestra capacidad de hacernos y hacer al otro buenas preguntas para estimular la reflexión. La buena pregunta es al pensamiento lo que un buen masaje puede ser al cuerpo.
En el fondo estamos casi todo el tiempo hablando de sustituir miedo por confianza. Sustituir el miedo a mover nuestros cimientos (valores, opiniones, criterios,…) por la confianza de que podemos conquistar nuevos niveles de consciencia que nos permitan encontrar caminos para avanzar, evolucionar en las direcciones que queremos.
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Ion Uzkudun Amunarriz
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